miércoles, 12 de junio de 2013

11. Y en el horizonte,Salamanca

  Lunes 10 de Junio. Etapa: Morille-Salamanca-El cubo de la tierra del vino (54 Km).
  En el pequeño albergue de Morille también se hospedan dos peregrinos más,uno de ellos japonés, que con la primera estela de luz reinician su Camino. Nosotros aprovechamos para dormir algo más y con el Sol a media asta nos adentramos en pista de tierra, donde nos rodean unos árboles muy curiosos que a mi parecer parecen estar sacados de una película de Tim Burton. El camino sigue entre dehesas, donde vamos abriendo y cerrando vallas y donde ahora las vacas que lo habitan ya no me asustan (claro, eran de pastoreo...). Después de cerrar la sexta y última valla y desde un alto, divisamos por primera vez Salamanca en el horizonte y nos deslizamos velozmente hasta entrar en campos enormes de trigo. Nos cruzamos con uno de los peregrinos del albergue y mi padre y yo nos preguntamos dónde estará el japonés, porque ya llevamos más de 15 Km y no aparece. Y con risas llegamos a la conclusión que está escondidoentre el trigal...El caminito asciende suavemente hasta llegar a una cruz que nos ofrece una vista panorámica de lo recorrido y de lo que queda por recorrer aún. Así que enfilamos la bajada y entramos a Salamanca y por un pequeño caminito vemos al japonés y corremos detrás de él diciendo "chinito te hemos pillado!!"...y con unas carcajadas nos fotografiamos con la Catedral de Salamanca a nuestra espalda. El hambre aprieta y nos comemos unas ricas empanadas que nos llenan de energía para continuar la etapa.
  Salimos por la bella ciudad por la carretera, tan aburrida como siempre, pero que dejamos en breve para pedalear por camino de tierra paralelo a la N-630. Atravesamos varios pueblos y el camino nos parece bastante monótono. Las constantes subidas y bajadas por camino ancho, y acompañadas de un Sol quemante, se hacen interminables hasta llegar por fin al Cubo de la Tierra del Vino. Una larga ducha nos desprende del sudor, paseamos por las calles del pequeño pueblo y nos refugiamos en el albergue, comentando que al día siguiente llegamos a Zamora, punto final de nuestro viaje y de nuestra aventura ciclista y no podemos evitar reflejar una pequeña tristeza...
  Mientras ceno entablo conversación con Rafa, peregrino cordobés con etapa final en Santiago, donde nos explicamos anécdotas del Camino, compartimos pequeñas visiones de la vida y pactamos hacernos un fotografía si nos encontramos por el Camino. 
  Y cierro los ojos recordando todos los días pasados y con una sonrisa en el alma me quedo dormida dentro de ese saco que ya poco le queda por cobijarme...

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