sábado, 15 de junio de 2013

13. En la bifurcación Ourense-Astorga.

  Miércoles 12 de Junio. Etapa: Granja de Moreruela-Benavente-Alija del Infantado (54 Km).
  En este primer primer y pequeño pueblo está el cruce de caminos que llevan a Santiago. Siguiendo hacia Astorga se enlaza con el camino francés y por Ourense, con el sanabrés. Así que dejamos este último para otro año y seguimos hacia Astorga (final de la Vía de la Plata) por el camino paralelo a la N-630. Desde Salamanca el paisaje ya no es tan verde y los caminos son más monótonos y planeros, pero aún así los atravesamos con la misma ilusión y desenfreno. Las señales hacen que crucemos varias veces la carretera, pasando por los distintos pueblos que se van presentado a nuestro paso. Un pequeño sendero está tan crecido de vegetación que apenas podemos pasar con las bicicletas y llegamos a su fin cubiertos de ramaje por casi todo el cuerpo. Cuando nos desprendemos de él, seguimos pista ancha indicada por los mojones de piedra, cruzando el río Esla por un largo puente de piedra, hasta llegar a Benavente.
  De nuevo las señales se ocultan en la gran ciudad y aprovechamos para dar un bocado. Ya que sería en vano realizar kilómetros intentando encontrar las flechas, decidimos seguir la carretera hasta el próximo pueblo que marca la guía y desde allí enlazar con el Camino. Pero tras pocos metros tenemos la suerte de situarnos en otro caminito, que en su mayor parte circula paralelo a la carretera.
En el pueblo de Villabrizano nos detenemos sorprendidos por unas especies de cuevas que parecen ser minúsculas casas deshabitadas. Mi padre comenta que deberían ser casitas antiguas, entradas en la tierra, ya que también disponen de chimenea. A mí me recuerdan al poblado pitufo pero en versión rural, y me río al imaginar a Gargamel saliendo por una de las puertas. Con las fotos de rigor tomadas, vamos restando los 15 Km que nos alejan de Alija del Infantado, transitando por una carretera sin apenas tráfico, cruzando un bonito puente romano decorado con flores rojas y llegando por un sendero de tierra al fin de la etapa. Por el camino nos hemos preguntado qué sería de José, de Alejandro, de Terra, Óscar, los franceses, italianos, de Rafa...y de todos los caminantes que hemos conocido durante el trayecto. Seguro que siguen con el corazón firme dando pasos agigantados, descubriendo parajes armoniosos al igual que nosotros, anotando anécdotas y tachando los días que les faltan para llegar a Santiago. Desde aquí les deseamos un buen camino...
 En el "Bodegón de Ozeniego" que también es albergue, nos reciben con gran amabilidad. Somos hoy los únicos peregrinos y aprovechamos para conversar con los dueños, que nos explican historias de otros caminantes y también como están "arreglando" la Vía de la Plata en este tramo para que resulte más cómoda y transitable y con mayor número de albergues (o más habilitados). Con una rica y abundante cena nos despedimos de ellos, que nos dejan solos en el grande bodegón, con la tranquilidad que cubre este lugar alejado del pueblo por un kilómetro.
 Más antes de dormir, dejo que la brisa acaricie mi cara y mis pensamientos, con el Sol aún decreciendo acompañado de un silencio apaciguador y rememorizo el día de Zamora sentados en la plaza decidiendo si continuar la Vía...y concluyo que no podía haber elección ninguna, que ya estaba decidido antes de partir, aunque no lo supiéramos. Que como nos dijo Jose (el dueño del bodegón), tú no haces el camino, el camino te hace a tí...Y el Camino quiso que continuáramos pedaleando encima de él, sumando quilómetros, etapas, vivencias y cargando las alforjas de satisfacción.

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