domingo, 9 de junio de 2013

7. De 54.5 km a 93 y tiro porque me toca...

  Jueves 6 de Junio. Etapa: Alcuéscar-Cáceres-Cañaveral-Grimaldo (93 Km)
  Despertamos con algo de frío en un día nublado que nos obliga a ponernos la chaquetilla de manga larga para empezar a pedalear. Pisamos entonces la pista ancha de tierra, que a su vez nos deleita con tramos de arboleda formando un pasillo a nuestro pasar. Qué bonita sensación. En pocos Km un puente medieval se asoma y pasamos sobre él como si de romanos se tratase...
  Ahora el campo de pastoreo nos cubre los pies, quedando oculto esos pedales que tantas vueltas han hecho hasta ahora y no podemos evitar pararnos para retratar en la cámara ese entorno desde todos sus ángulos. Flores liláceas adornan el pasto y el contraste de colores es realmente vistoso y digno de observar. Tras pasar el siguiente puente romano (Santiago de Bencáliz) el terreno se transforma en árido y nos mezclamos con un ganado de ovejas que se asustan al oírnos pasar.
  A medida que continuamos el camino por tierra en pista ancha, escuchamos el ruido de una avioneta, miramos hacia arriba y ahí la tenemos, volando encima de nosotros...y es que estamos situados en la pista de un aeroclub de Aldea del Cano (qué bueno). Continuamos con el ruido aéreo hasta que se aleja de nuestro sentido auditivo...y ahora es el canto de un pájaro quien ocupa su lugar. Me quedo unos segundos escuchando su cantar (va en serio!) y me parece una melodía especial para este lugar...Creo que en la vida cotidiana escuchamos poco. Escuchamos más lo superficial, las palabras, el ruido de la televisión, del ordenador, del coche...pero en menor cantidad nos acercamos a lo profundo, a aquello que has de mantener el silencio para que se deje oir...aquello que realmente te da tranquilidad, te hace admirar, te hace reflexionar... Os invito a pasear por el bosque, por el mar, por aquel sitio que tanto os gusta, pero en silencio, y que descubráis que linda melodía se esconde en cada uno de sus rincones...
  Después de unos 12 Km alternando pista y carretera entramos en Cáceres (otra ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad), donde volvemos a perdernos porqué las señales no aparecen. Preguntamos a varia gente y tras encontrar la plaza de toros y algo mosqueados por la misma situación que acontece en las grandes ciudades, tomamos la carretera en dirección Casar de Cáceres, que al llegar, pasa a ser pista de tierra, rodeado de alcornoques y vacas. Pasamos varias cancelas y el terreno se encuentra en obras, por lo que tomamos un desvío. Enlazamos con la carretera ya que el camino a pie es demasiado estrecho para pasarlo en bicicleta y dejamos a mano izquierda el Embalse de Alcántara. Y pedaleando con una velocidad bastante rápida llegamos a Cañaveral...pero el albergue ya no existe...así que hay que recorrer casi 9 km más para llegar a Grimaldo. Las piernas me flojean y ya no pedaleo tan deprisa. Sigo los pasos de mi padre que va tirando sin ningún problema (qué aguante!!) y exhausta llegamos al único Albergue de Grimaldo, donde una ducha nos recupera las fuerzas, aunque mis piernas siguen fatigadas. Y nos encontramos con Martín, miembro de un equipo que está realizando una acción benéfica. Concretamente hay un corredor que desde Santiago a Sevilla está haciendo unos 70 km diarios y que a través de su página: corriendoallímite.com, se pueden comprar kilómetros y lo recaudado va para Cáritas. Lo acompaña un coche, un ciclista y un fisioterapeuta. Qué gran acción, cuánta motivación y cuánta energía!!.
  Y ya a descansar, en esa habitación tan minúscula de 4 personas, donde los otros dos ocupantes roncan demasiado y hacen que apenas pueda mantener el sueño profundo... 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario